Jacob otra vez enamorado - cap 10

Incendio

Así que me estabas usando, así que yo soy una especie de juguete a tu disposición… Así que me usarías como excusa para volver a tu “casa”… porqué no lo entendí antes!

Realmente estaba harto, acaso tenía en la frente un cartel diciendo chico sentimentalmente voluble y maniobrable? Ya estaba cansado de ser juguete de alguien, primero Bella… ahora ella? Como era posible esto! La historia no se volvería a repetir.

Jacob, sé que estas algo molesto pero…

Nada de peros, Patrice, ya estoy cansado! Esta no es la primera vez que…

La conduje hacía aquel claro del viernes, ella estaba sentada sobre una roca, mientras yo gritaba poseso de lo que me había dado cuenta, justo a tiempo.

Se levantó de pronto y con un afán tranquilizador, me puso un dedo sobre los labios.
Shh. Has entendido mal.

Intenté quitar su dedo de mis labios, pero ella colocó toda su mano sobre mi boca y me rogó que guardara silencio, aunque sea por un momento.

No te estoy usando, no quiero regresar a Londres, no eres un juguete para mi, realmente me gustas… y no te imaginas cuanto.- Sus ojos cambiaron del violeta al rosa mientras me miraba fijamente y quise apartarme de su mirada, no me iba a dejar convencer, no otra vez- Mírame a los ojos Jacob Black, no estoy mintiendo, puedes dejar de moverte como si te picara algo? No sabía que eras tan testarudo…

Dejo su mano a un lado y nuevamente se sentó en la roca, pero esta vez tenía los ojos llorosos, no entendía porque.

Me puse de cuclillas frente a ella, intentaría tranquilizarla, para eso si era bueno.

“Pakcriss”…- No pude evitar una sonrisa mientras lo mencionaba, y le acariciaba el rostro- Te creo y lo siento, como te comenté alguna vez, he quedado muy dolido por todo lo que me ha pasado, si supieras lo mal que me han… - ella nuevamente puso un dedo sobre mis labios- No me importa tu pasado Jake, la verdad que no…- me ahorraba una gran parte de que no quería contar de todos modos – Esta bien – le respondí- y es lo mejor, a mí tampoco me gustaría saber nada de tu pasado, porque pasado es… -Nuevamente sonreí, pero ella seguía derramando lágrimas, entendí porqué.

Pat, a mi no me gustas, de veras – levantó la mirada y me miro furiosa mientras lloraba, le salió un gesto raro y yo sonreí nuevamente- Me encantas lobita desesperadamente impulsiva!

Tanto así Jake? Es decir… crees que soy muy precipitada para las cosas?

Bueno, un poquito demás de la raya diría… siempre creí que los que iban rápido éramos nosotros, los chicos, y vienes tú sorprendiéndome con tu alma apasionada.

Ella se levantó de la roca, sacudió su rubio cabello, me miró fijamente y dijo:

No puedo evitarlo, soy caliente porque soy loba.

Me levanté carcajeándome con su frase, tan poco concorde con ella, que parecía tan delicada y sofisticada, ella me siguió con otra de sus sonrisas igual de efusivas, de las que me encantaban.

Esa es tu justificación? Me parece razonable – le decía con una sonrisa reprimida, mientras cruzaba los brazos- entonces le echas la culpa a nuestra condición lupina? Que beneficio para más interesante…Hasta que por fin encuentro uno que realmente me gusta.

Y hablando de gustos… realmente te gusto como dices que no sé cuánto?

Me dio una mirada de esas que usas cuando visitas una panadería y encuentras algo de chocolate y chantillí. Mientras que con un movimiento rápido se abrazó a la parte más estrecha de mi espalda.

Cuando regresaste con ese corte en el cabello me quedé prendida de tu rostro, tienes un contraste entre demonio y ángel… después de verte unos días me percate de tu garbo al caminar – garbo? Camino como un condenado, arrastrando los pies… mejor que siga, esto me gusta- y esta demás decirte de ese cuerpo de infarto que tienes… Mmm.…

Hey un momento! Me vas a dejar hablar?

Comenzó a besarme la barbilla, bajando en dirección a mi pecho. Me estremecí.

Qué cosa era esta de que yo tenía que poner siempre el alto, antes de dejarme llevar… soy fuerte pero más que todo soy hombre, que difícil me la ponía.

Lo siento Jake… esto… me decías?

Sacudió su cabeza como sacándose una idea de la mente, se sentó nuevamente en la roca y me quedó mirando.

Pat, la guapa aquí eres tú, esto –dije señalando mi pecho- solamente es una chiripa, yo no escogí ser así. Di media vuelta sin mirarla le dije: Tus ojos son encantadores, es lo único que me atrae hacía ti. Le mentí.

Quieres decir... – se levantó, me tomó del hombro y con un rápido movimiento me puso frente a ella- que no te has dado cuenta de esto y esto?

Hizo un par de poses tipo modelo, curvando partes de su cuerpo ya redondeadas de por sí, y mi mandíbula, nuevamente se descolgó. Pero esta vez fue distinto, porque quise que ella me viera así… literalmente babeando por ella.

Esa es la reacción que esperaba, de la que estoy acostumbrada –dijo un poco presumida.

Esta bien señorita Lepore… tiene un cuerpo digno de una diosa griega –mientras hacía un gesto reverencial de broma – pero una diosa que hace bastante ejercicio.

Me miró con un gesto que pensé me partiría en dos si no me rectificaba y pronto.

Pero es que mírese Señorita! Tiene las formas tan definidas como una participante de fisicoculturismo –puso otro gesto matón… no iba bien- mejor dicho, tu figura es hermosa y detallada, como si estuvieras tallada sobre mármol, me explico?

Además, no podemos evitar esto Pat, el correr como locos cuando estamos de lobos, nos da el ejercicio necesario para conservar estas formas, y aparte de Leah no había visto a ninguna chica así, como tú.
Puso una mano en su mentón como pensando, luego asintiendo, hasta que apareció un rastro de molestia en su rostro, sus ojos la delataron, eran oscuros.

Leah? La chica guapa de cabellos oscuros? La que es auxiliar de un curso? Tenía un cierto dejo de menosprecio al mencionarla.

Es una vieja amiga, y sí, es ella. Pensábamos que era la única mujer lobo… ay! Cuando se entere!! Le dará el patatús!

Está bien, pero no la vuelvas a comparar conmigo otra vez –se dio cuenta de su tono de voz y agregó tranquilamente- por favor.

Es decir, aparte de presumida, alterada e impulsiva también tengo que sumarle los celos a tu temperamento? Lo dije en son de burla, menos mal que sonrió.

Nunca había besado tanto en mi vida, los labios me latían hinchados cada vez que nos deteníamos a hablar. Todo esto era tan embriagador, pero no cesaba de gustarme. Ella me inundaba totalmente, con su cabello, sus ojos, sus labios, su voz. El afán de lucha, de quien abarcaba más que el otro nos hacía reír de vez en cuando.

El control no existía entre nosotros, ambos éramos fuertes, impulsivos y frenéticamente apasionados.