Las hormonas de Jacob otra vez - cap 9

El incidente

El fin de semana estuve como zombi, tirado en mi cama sin querer hacer nada más.

El domingo quise preguntar a Billy por la historia de Patrice, pero solamente al mencionar su nombre, sentía un escalofrío por la espalda que me hacía reír. Imaginé que se daría cuenta por eso no le mencioné nada, tenía que pasarme un poco esta sensación de vértigo.

Nunca había experimentado nada igual, la única vez que pareció un poco… no! Nada se compara con esto, con ella.

Quisiera hablar, contárselo a alguien, seguro que ni me creería. Quil? Embry? Seth? No. Tenía que ser alguien más, Bella.

Recordé sus palabras hace un par de años, después que acabé medio muerto, sí esa vez donde la historia oficial fue que me caí de la moto, cuando en realidad me había enfrentado a un grupo de asquerosos chupasangres, todo por ella.

Me pregunto cuándo sucederá —me dijo—, cuándo te fijarás en la chica adecuada. Lo más probable es que no la considere lo bastante buena para ti. Me pregunto si me pondré muy celosa.

Recuerdo que esa parte me divirtió bastante, me la imaginaba refunfuñando con un lápiz y un cuadernillo haciendo entrevistas a mis posibles candidatas.

Hazme saber si quieres que vuelva y aquí estaré.

Lo siento, pero en mi subconsciente tengo todas y cada una de sus palabras, grabadas como si fuera sobre piedra, solo hacer una rápida búsqueda y las encontraba atormentándome una vez más.

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Llego el lunes con impaciencia, tenía que hablar con ella, aclarar, desmentir, o negar lo que sucedió. Patrice iba a escucharme.

Entre a la cafetería endemoniadamente rápido, mirando hacía izquierda y derecha y la vi. Me acerqué y tenía una bandeja con muchas cosas para comer frente a ella, a su derecha conversaba con Dominic.

Hey! Jake! Siéntate –me hizo un gesto con la mano para sentarme frente a su hermana- Oh! Lo había olvidado, Dominic,- me dio la mano y por un momento pensé que me daría un beso en cada mejilla, no sabía si esa era la costumbre en Europa, yo que sabía de besos! Menos mal que no lo hizo.

Eh… esto… Dominic… Patrice… -ella estaba jugando con su filete con la mirada perdida, de pronto me vio y sus ojos eran azules, casi negros y sonriendo se convirtieron en rosas- Que no es Patrice, Jake! Es “Pakcriss”! “Pakcriss”!

Hay hermanita tú con el complejo francés otra vez? Desde cuando te viene sacando de quicio con esto del nombre Jake? – Ella le dio un codazo riéndose- Tonta loquita, pat pat…

Me quedé mirándolos, por un momento sentí un punzado de envidia, que diferente hubiera sido el mundo si hubiera tenido un hermano de mi edad.

Y como dijo el ermitaño, dos son compañía y tres… chismosería, así que cuéntenmelo todo, que paso ayer eh, Jake? No pude sacarle la sonrisa a la Pat Pat a pesar de que se me había quemado la lasaña, por fin tendré un cuñado decente? Por lo menos bien parecido lo escogiste esta vez, eh Pat… tú sí que los escoges bien, no eras tan tontita como pareces…

Mi sonrisa retumbó en toda la cafetería, los dos se sumaron a ella, pero después que cesó, Patrice le entreveró los cabellos rojos a su hermano y le dijo con tono serio:

Esfúmate. Desaparece, evapórate, desvanécete, bórrate, suprímete, escoge el modo que quieras pero v-e-t-e!

Los dos nos quedamos viéndola. Yo, la miraba temeroso, esa mirada podía ser dulce como amarga, pero porque tenía que ser tan dura con su hermano? No lo entendía.

Me decepcionas Patrice, - habló solemnemente Dominic cruzando los brazos y con un gesto molesto en su cara- pensé que ya habías aprendido una nueva palabra, sigues con las seis de siempre.

Le dio un beso en la mejilla y se fue con uno de esos gestos que hacen los actores al dejar una escena, mirando repentinamente hacía otro lado, con la nariz alzada.

Perdona a Dominic, a veces es tan infantil! A veces pienso que se equivocaron en su partida de nacimiento, parece que tuviera cinco años. –rió sola y luego su gesto se relajó- Como has estado Jake? Apoyó la mano sobre su cara para escucharme y por primera vez la vi sonrojarse.

Mira Pat… Yo no…
Yo, tampoco.
Acabo de acabar una relación y…
Yo, igual.
Aún estoy algo dolido…
Yo, también.
Pero me encanto la otra vez que…
A mí, más.
Y sobre eso…

No me había percatado que mientras hablábamos monosílabas nos íbamos acercando, y repentinamente me besó.

Pero no fue de esos besos serenos, todo lo contrario, fue un beso tan desesperado que solo atiné a responderle y seguir con el juego que antes habíamos comenzado.

No me percaté del tiempo ni del lugar, hasta que escuché unos aclares de garganta y risitas disimuladas. El señor Patterson estaba con los brazos cruzados mirándonos no sabía hace cuanto.

Señor Black, Señorita Lepore, que demonios están haciendo? Acaso no recuerdan donde están?!!?

Oh por Dios! Qué situación para mas embarazosa!

Yo estaba casi encima de ella sobre toda la comida, y Pat tenía la pierna derecha enredada en mi cintura.

Del susto nos desenlazamos, encendidos hasta las orejas, pero esta vez de vergüenza.

Tenía a Seth, a Leah, a Dominic y a media Escuela mirándonos. Con semejante espectáculo, no los culpo.

Permanecieron en silencio boquiabiertos mirándonos.

Jóvenes aquí no ha pasado nada, circulen, la campana ya sonó… vayan a sus clases…

La señora Brown había aparecido de la nada, para mi tranquilidad, con afán tranquilizador, bueno, eso era lo que yo pensaba.

Pa-tri-ce Le-po-re! En qué estabas pensando!!

Mary, esta bien de reproches, ambos son jóvenes y es tan natural que…

Nada de excusas Señor Director, lamentablemente tendré que llamar a los padres de ambos para comunicarles lo sucedido, esto no se puede repetir.

Patrice me tenía sujeto de la mano, y la mirada despreocupada mirando al vacío. Yo sí estaba turbado, no tanto por Billy sino por sus padres, tanto habían hecho para mandarla hasta aquí y yo vengo a malograr… todo esto… un momento!

Una vez que asentí y pedí las disculpas correspondientes, asumiendo toda la responsabilidad de lo sucedido, y jurando y re jurando que jamás se repetiría semejante espectáculo en la Escuela, lleve a Patrice supuestamente a su clase de Cálculo, pero en silencio la conduje hasta el aparcamiento, ella subió sin chistar a mi moto y nos adentramos por la carretera a toda velocidad.